No sé… Ayer creí verte, aunque todos dijeron: es una burbuja, no te creas. Pero yo la seguí a pesar de ellos, y me escapé por la ventana intentando buscar, que en el fondo era perderse, porque tú y yo sabemos que eso significa buscar en nuestro lenguaje, y así me encontré de repente otra vez con la ciudad que no podía ser de otra manera que un espejo doble donde se confunde el principio con el final, y que por lo tanto, vaya con el dilema, había que seguir hacia adelante porque no hay aventura que no sea erótica, y si hay algo erótico en esto eso eres vos, y así la burbuja siguió pululando y por momentos yo creía que se hacía grande aunque me seguían repitiendo que no, que él que se hacía grande por momentos era yo, aunque no te creas, porque en verdad era la burbuja la que estaba más redonda que nunca y hasta podía creerse que dentro de ella había nacido algo distinto a la vida pero semejante a ella, pero eso también había sido una ilusión y ellos empezaron a cantar la canción de la botella de ron y a confundirme, a que dudase realmente de por qué me había perdido, y en esos momentos pensé que la burbuja iba a explotar como había pasado siempre, porque la burbuja que yo perseguía siempre explotaba en un momento u otro del viaje, pero esta vez no explotó a pesar de todo, y cuando ellos encontraron la salida, pude estar un momento a solas contigo. martes, 16 de diciembre de 2008
No se...
No sé… Ayer creí verte, aunque todos dijeron: es una burbuja, no te creas. Pero yo la seguí a pesar de ellos, y me escapé por la ventana intentando buscar, que en el fondo era perderse, porque tú y yo sabemos que eso significa buscar en nuestro lenguaje, y así me encontré de repente otra vez con la ciudad que no podía ser de otra manera que un espejo doble donde se confunde el principio con el final, y que por lo tanto, vaya con el dilema, había que seguir hacia adelante porque no hay aventura que no sea erótica, y si hay algo erótico en esto eso eres vos, y así la burbuja siguió pululando y por momentos yo creía que se hacía grande aunque me seguían repitiendo que no, que él que se hacía grande por momentos era yo, aunque no te creas, porque en verdad era la burbuja la que estaba más redonda que nunca y hasta podía creerse que dentro de ella había nacido algo distinto a la vida pero semejante a ella, pero eso también había sido una ilusión y ellos empezaron a cantar la canción de la botella de ron y a confundirme, a que dudase realmente de por qué me había perdido, y en esos momentos pensé que la burbuja iba a explotar como había pasado siempre, porque la burbuja que yo perseguía siempre explotaba en un momento u otro del viaje, pero esta vez no explotó a pesar de todo, y cuando ellos encontraron la salida, pude estar un momento a solas contigo.
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1 comentario:
Aún tratando de un tema recurrente, este pequeño relato me ha trasladado una bocanada de ternura, esa búsqueda cuyo objeto lo puede todo y se sobrepone a todo, incluso a la desorientación que pueda causar el alcohol y los letreros luminosos de la noche.No sé, me parece una perpectiva interesante, y la imagen de la burbuja es tan acorde con el onirismo que se percibe de fondo en el texto... Sin más, me pareció un relato delicioso.
Letizia.
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