No creía yo que íbamos a tener más escenas
No me respondiste y agregué:
Pero que sea esta la última.
Sentí que las lágrimas se detenían
en esa maraña que va de tu alma a la mía.
Como quieras
preludió una repetición de pesadilla
cruzando Avenida Francia
bajo aquel cartel de El Salvador
La alucinación de una dicha muerta,
en perfecta solidaridad desplomada,
embriaga a los verdugos del tête à tête
con inequívoca voluntad
de aspirar un cuerpo hermoso
jueves, 16 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario